“La inflación se mantendrá alta por un par de meses más, debido a los ajustes de tarifas. Pero estoy convencido que va a comenzar a bajar en octubre”. El pronóstico pertenece al presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, quien esbozó una visión bastante positiva de la marcha de la economía en los próximos meses.
En diálogo con LA GACETA, el economista -que visitó la provincia días atrás- reconoció que la situación económica del interior está “mucho mejor de lo que dicen los diarios” y ratificó que las altas tasas de interés “son la anestesia necesaria para el desarmado de las Lebac”.
- Hace unas semanas usted declaró que las tasas de interés comenzarán a bajar a fin de mes... ¿sigue manteniendo ese vaticinio?
- Yo creo que las tasas ya comenzaron a bajar, aunque muy moderadamente. Todavía hay pesos que no lograron entrar a las Lebac y que van a otros sectores. Pero yo nunca dije que las tasas iban a bajar masivamente. Eso no sucederá hasta que no baje la inflación. Y yo creo que vamos a tener inflación alta por lo menos durante un par de meses más, debido a los ajustes de las tarifas. Pero no tengo dudas de que la inflación va a bajar a partir de octubre. Y cuando eso suceda, la caída de las tasas de interés será más pronunciada de lo que es ahora.
- ¿Cuál es su pronóstico para la inflación de este año?
- No quiero dar números, porque no tiene sentido jugarse con una cifra. Lo importante es la tendencia. Hoy, las altas tasas de interés son la anestesia para concretar esta operación de desarmado de las Lebac. Y por eso tendremos que esperar hasta fin de año. En esto no tiene que ganarnos la ansiedad, porque si las tasas de interés bajan antes de tiempo y provocan un salto en el tipo de cambio, los resultados no serán nada buenos para la economía argentina. Yo estoy a favor -y lo he estado durante los últimos 40 años- de un tipo de cambio flotante.
- Pero, sin embargo, la incertidumbre crece, no sólo por cuestiones internas, sino también externas: Turquía, Brasil...
- Lo que pasa es que hay inestabilidad en los mercados emergentes. Al comienzo, fue la lira turca; después, el peso argentino y ahora está en crisis el real brasileño. Esto último nos impacta directamente porque nosotros tenemos mucho comercio con el país vecino. Entonces, si devalúa Brasil, también tendremos que devaluar nosotros. Eso siempre fue así. Pero la Argentina ya devaluó más de un 50% en el último año.
- Entonces... ¿qué podemos esperar?
- A ver: nadie quiere impedir la tendencia de los mercados. Lo que queremos controlar son los movimientos de pánico. Pero yo no estoy para hacer pronósticos sobre el tipo de cambio. Y considero que no corresponde que nadie lo haga, en el marco de un tipo de cambio flotante.
- ¿Es optimista sobre la evolución de la economía argentina?
- Tengo una visión positiva, que es la palabra que más me gusta. Soy positivo porque creo que ser optimista es decir que vamos a estar mejor el mes que viene. Y yo no creo que estemos mejor en septiembre. Sostengo que, por algunos meses más, vamos a estar soportando las consecuencias de las altas tasas, de la restricción crediticia y el impacto en los salarios reales que ha provocado la devaluación. Sí creo que para fin de año y comienzos de 2019 se va a notar una recuperación de la actividad económica basada en las exportaciones, en el consumo, en el crédito y en las inversiones. Creo que estamos haciendo lo que hay que hacer.
- Si le va bien al campo, ¿le va bien al país?
- Me parece que la situación económica del interior está mucho mejor de lo que dicen los diarios; si uno se aleja 100 kilómetros de Buenos Aires ve cómo se están recuperando las economías regionales con un tipo de cambio más competitivo. Creo que, además, vamos a tener una cosecha fina extraordinaria y en la mayoría de los sectores hay predisposición a producir más. Y esto es muy positivo.